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El presidente electo Mark Maloney traza una trayectoria para el futuro de Rotary

Mark Daniel Maloney conocía la rutina. Un año antes, había ocupado el cargo de presidente del comité que nominó a Sam Owori como presidente de Rotary International de 2018-2019. Ahora, en el verano de 2017, Maloney era uno de los seis candidatos que habían viajado a la sede central de RI buscando esa nominación para 2019-2020.

“Me entrevistaron antes del almuerzo, así que sabía que tenía algunas horas hasta que el comité tomara una decisión”, recuerda Maloney. “Era un agradable día de agosto y fui a hacer una larga caminata por los hermosos barrios de Evanston. Almorcé tarde y luego regresé a mi habitación del hotel y esperé”.

Dado lo sucedido en años anteriores, Maloney esperaba saber del comité en las últimas horas de la tarde. Sin embargo, se acercaba la noche y aún no había noticias. “Estaba enviando un mensaje de texto a mi esposa, Gay: ‘Todavía no he sabido nada’; y, en ese momento, el teléfono comenzó a sonar. Era Anne Matthews, presidenta del comité de propuestas, que me pedía que regresara al edificio”.

Este era un giro inesperado. En años anteriores, los candidatos recibían una llamada telefónica para decirles si habían sido elegidos. Al suponer que eso sucedería, Maloney se había quitado el traje y la corbata, y vestía un pantalón caqui y una camisa con el logotipo de Rotary. Ahora le pedían que se presentara nuevamente en la sede central de RI.

“Estaba perplejo”, dice. “No esperaba eso. No quería hacer esperar a nadie, así que ni siquiera me puse un blazer y estaba en el teléfono diciéndole a Gay: ‘Voy camino al edificio. Pienso que llegó el momento’”.

En el vestíbulo, Andrew McDonald, asesor general auxiliar de RI, saludó a Maloney y lo acompañó hasta el salón de juntas del piso 18, donde lo esperaban los integrantes del Comité de Propuestas de para Presidente de RI. Matthews se puso de pie. “Según recuerdo, ella dijo: ‘Damas y caballeros, permítanme presentarles a Mark Maloney, nominado a presidente de 2019-2020’. Así que fue bastante emocionante”.

Han pasado catorce meses. Es una linda mañana de octubre y Maloney está sentado en la oficina del presidente electo en el piso 18 disfrutando de una impresionante vista al lago Michigan y hablando con John Rezek, jefe de redacción de la revista The Rotarian, y Geoffrey Johnson, editor principal. Durante los siguientes 90 minutos (y por otra hora más la semana siguiente), conversaron sobre las aspiraciones de Maloney para su presidencia.

Al ser abogado (él y su esposa son socios en el despacho de abogados ubicado en Decatur, Alabama, que fue fundado por el padre de Gay), Maloney habla usando oraciones bien formadas y pensadas, con párrafos largos cuidadosamente construidos, mientras bosqueja sus esperanzas para el futuro crecimiento de Rotary. (Su profunda voz de barítono también cumple una respetable doble función cuando de repente comienza a cantar un retumbante coro de “R-O-T-A-R-Y / Así se deletrea Rotary”).

Como buen abogado, Maloney inmediatamente encamina el interrogatorio en la dirección que él desea.

P: Comencemos por el final. ¿Cuál quiere que sea su legado presidencial?

R: No comencemos por el final. Permítame darle una respuesta preliminar y luego contestaré su pregunta.

Rotary es como unas Naciones Unidas formada por personas. La Naciones Unidas es una organización internacional de países; Rotary es una organización internacional de personas. Estamos teniendo un tremendo impacto en el mundo. Tan solo en el último mes he tenido algunas experiencias que me lo hicieron ver claramente. Hace dos semanas, Gay y yo nos unimos a los rotarios de nuestros dos clubes (mi Club Rotario de Decatur y su Club Rotario de Decatur Daybreak) para un proyecto relacionado con filtros de agua en Santo Tomás, en las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Nuestro club asociado, el Club Rotario de St. Thomas East, organizó una reunión con cena durante la cual un panel de expertos locales abordó los problemas relacionados con el agua de la isla que fueron causados por los huracanes en 2017. Hacia el final de la reunión, un rotario se levantó y dijo: “Cuando escucho las noticias o leo los periódicos, puedo llegar a desalentarme. Pero cuando vengo a una reunión como esta, Rotary me hace ver que el mundo tiene un gran futuro”. El trabajo de Rotary cambió totalmente la actitud de esta persona acerca del futuro del mundo.

Y este fin de semana, aquí en Evanston, calificamos a 32 personas y parejas para ingresar a la Sociedad Arch Klumph. Estos eran rotarios que habían contribuido con sumas considerables de dinero para apoyar las causas relacionadas con la erradicación de la polio, la paz y la prevención/resolución de conflictos, la salud materno-infantil, entre otras. Y había muchas historias emotivas sobre lo que estos rotarios ven que Rotary logra en el mundo de hoy; tanto es así, que desean practicar lo que predican. Este es el Rotary que deseo fomentar, que quiero que se haga realidad.

Así que ahora que he presentado esta declaración, contestaré su pregunta. Al final de mi mandato, quiero haber inspirado cambios en nuestra cultura rotaria que hagan posible que Rotary siga haciendo aquello que alentó el espíritu de aquel rotario en Santo Tomás y que inspiró a aquellos rotarios en la ceremonia de Arch Klumph a hacer esas considerables contribuciones a La Fundación Rotaria para que ese trabajo continúe.

P: ¿Qué hará para asegurarse de que esto suceda?

R: Necesitamos que Rotary crezca. Necesitamos más manos para servir, más cerebros para ofrecer ideas. Necesitamos más asociados, más conexiones. Para lograr esto, tengo cuatro prioridades para mi presidencia y la número 1 es hacer que Rotary crezca.

P: ¿Cómo piensa hacerlo?

R: Primero, redoblaremos nuestros esfuerzos en apoyar a nuestros clubes para que atraigan a nuevos socios e involucrar a los socios actuales para que permanezcan con Rotary y brinden servicios más grandes y más innovadores. Eso implica que los clubes sean más flexibles de lo que han sido hasta ahora.

Pero el otro aspecto es la formación de nuevos clubes rotarios. Nuestra tradición era formar nuevos clubes en áreas donde los clubes no existían. Ahora necesitamos concentrarnos en formar nuevos clubes no solo donde Rotary existe, sino también donde prospera. En muchas de esas zonas, estamos sirviendo solamente a un cierto segmento de la población. Necesitamos nuevos clubes con experiencias alternativas que se reúnan de maneras no tradicionales. Eso nos ayudaría a atraer a distintos grupos demográficos (ya sea por edad, género, grupo étnico), y así servir en todos los aspectos de la comunidad.

P: ¿Cuáles son sus otras prioridades?

R: Mis prioridades en segundo y tercer lugar apoyan a la primera. En todos los niveles de esta organización, necesitamos diseñar reuniones, proyectos de servicio y eventos sociales para nuestros clubes de tal manera que sean favorables para las familias. Necesitamos brindar oportunidades que complementen la vida de las familias más jóvenes en lugar de competir con la vida de esas familias.

Y mi tercera prioridad es que debemos cambiar nuestra cultura, nuestras actitudes y la manera en que hacemos negocios, para que sea posible y evidente que uno puede participar activamente en Rotary y hasta asumir cargos de liderazgo mientras aún participa activamente en su propio negocio o profesión. Si deseamos que Rotary sea atractivo para un grupo demográfico más joven, debemos hacer que el liderazgo de Rotary sea accesible al grupo demográfico más joven.

P: ¿Cuál es la número 4?

R: En junio de 2020, las Naciones Unidas celebrarán el aniversario 75 de la firma de la Carta de las Naciones Unidas. Rotary ha estado involucrado con la ONU desde antes del inicio de la ONU. Debido a eso, deseo concentrarme en la relación de Rotary con las Naciones Unidas. La celebración anual del Día de Rotary en las Naciones Unidas regresará a la sede central de la ONU en Nueva York luego de haber estado en Ginebra y Nairobi. También esperamos tener tres conferencias presidenciales enfocadas en la relación de Rotary con agencias específicas de la ONU en diferentes lugares del mundo y una celebración final de la relación de Rotary con la ONU antes de la apertura de la Convención en Honolulu, Hawái.

Así que, en términos de legado, y para redondear, aquellos de nosotros que trabajamos juntos en 2019-2020 pensamos que nuestro éxito no se medirá el 30 de junio de 2020 sino el 30 de junio de 2025 o 2030, cuando otros puedan determinar si las cosas que comenzamos tuvieron un impacto con el paso de los años.

P: ¿Cuándo habrá una presidenta de Rotary?

R: Pienso que será en los próximos cinco años. La estructura de Rotary es tal que, para ser gobernador de distrito, uno debe haberse desempeñado como presidente del club. Para ser director internacional, uno tiene que haber sido gobernador de distrito. Y para ser presidente de RI, uno debe haber sido director internacional. Las mujeres han ascendido a todos esos rangos y ahora tenemos varias exdirectoras. También están adquiriendo experiencia en otros puestos y cada año eso hace todavía más probable que una mujer sea nominada.

Sin duda, soy consciente de la necesidad de promover la diversidad de género en Rotary. He elegido a una mujer como presidenta del Comité de Convenciones y nominé a otra para desempeñarse como fiduciaria de La Fundación Rotaria. El próximo año tendremos dos mujeres en la Junta Directiva, y el siguiente año tendremos cinco.

Q: Explíquenos cómo se le ocurrió su lema presidencial. Y díganos si fue más difícil que elegir su corbata presidencial.

A: Oh, no, fue mucho más fácil que elegir la corbata.

Q: Bueno, háblenos de su lema: Rotary conecta el mundo.

A: Lo importante para Rotary es formar conexiones. Cuando uno se asocia al club, se conecta con los líderes empresariales de su comunidad. Rotary conecta a los socios, los clubes y los distritos para brindar servicios en todo el mundo. La base fundamental de La Fundación Rotaria es conectar clubes rotarios de una parte del mundo con clubes rotarios de otra parte del mundo, típicamente clubes rotarios de países desarrollados con clubes rotarios de países en desarrollo, con el fin de emprender un proyecto de servicio humanitario.

Rotary conecta internacionalmente de una manera menos formal. Las convenciones de Rotary International y otras reuniones internacionales son eventos maravillosos. Año tras año uno ve gente que no ve en ningún otro momento del año y se conecta con ella forjando amistades. Así lo dice la promoción: “Rotary, la red social original”. Es la verdad.

Q: Con respecto al esfuerzo de Rotary para lograr la paz: ¿es una aspiración razonable o es un ejercicio inútil como darse contra la pared?

A: Es una aspiración razonable. Hace 15 o 20 años, mi suegro, Gilmer Blackburn, nos dijo a Gay y a mí que, si la paz llegara al mundo, él estaba convencido de que sería a través de Rotary. Tenemos la oportunidad de lograr un impacto en pos de un mundo más pacífico. ¿Tenemos la oportunidad de crear la Pax Romana que existía en la época del nacimiento de Cristo? No, pero sí tenemos la capacidad de contribuir a la paz, de elegir líderes a través de nuestro programa de Becas de Rotary pro Paz, quienes podrían guiarnos hacia alguna versión de la Pax Romana.

Q: ¿Por qué se afilió a Rotary a los 25 años?

A: Me afilié a Rotary porque era lo que se hacía. Yo era un abogado nuevo que llegaba a Decatur y parecía que eso era lo que hacían todos los profesionales jóvenes: unirse a un club cívico.

Q: ¿Pero por qué Rotary?

A: Me afilié a Rotary porque mi suegro estaba en Kiwanis. En cuanto a establecer contactos y hacer conexiones, el despacho de abogados ya tenía un representante allí, así que teníamos que tener un representante en Rotary. Resultó ser una magnífica decisión.

Q: ¿Por qué? ¿Qué fue lo que hizo que siguiera en Rotary todos estos años?

A: Primero, por las conexiones: por las amistades del club local y luego las amistades en el distrito y las amistades internacionales.

Segundo, porque estaba comprometido con Rotary desde el principio. Gay y yo siempre hemos sido organizadores. Yo pertenecí al 4 H y fui presidente de la federación 4 H del condado durante mis primeros años de adolescente. Fui funcionario estatal para el National Beta Club. Fui presidente de la Catholic Youth Organization para la Diócesis Católica Romana de Belleville, Illinois, y en Harvard fui director técnico de fútbol americano. No solo me afiliaba, sino que organizaba cosas y ascendía en esas organizaciones.

Así que me involucré inmediatamente con Rotary. Me afilié en diciembre de 1980. Alrededor de un año después, me pusieron en el comité de programas y un año más tarde era presidente del comité. Tal vez pasaron tres años después de eso hasta que me incorporé a la directiva. El momento exacto se pierde en la noche de los tiempos. De todas maneras, no puedo imaginar una vida sin Rotary.

Fuente: www.rotary.org

Nelson Zúñiga

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