El rotario Todd Jenkins fue la primera persona de su familia en cursar estudios universitarios, viajar en avión, visitar otro país o establecer su residencia en otro estado.
Jenkins, de 28 años de edad, creció en un vecindario de bajos ingresos de Columbia, Carolina del Sur (EE.UU.). Puesto que su familia tenía dificultades para llegar a fin de mes, los viajes y la universidad parecían sueños lejanos.
Como hijo mayor, pronto se marcó como objetivo mejorar la condición de la familia y dar un buen ejemplo a sus nueve hermanos. Él está muy agradecido a su madre ya que hizo todo lo posible por que no cayera en el ciclo que atrapa a tantos jóvenes de raza negra de su comunidad.
«Muchos de los jóvenes pobres pertenecientes a minorías étnicas carecen de esperanza ya que creen que solo se les ofrecen tres caminos: las pandillas, la cárcel o la muerte» afirma Jenkins, socio del Club Rotario de Fayetteville, Arkansas. «Mi madre no estaba dispuesta a que ese fuera mi destino y se aseguró de que dedicara todo mi tiempo y atención a la escuela y otras actividades productivas. Como resultado, mi vida se centró en los libros y en la iglesia».
Gracias a este apoyo y a su propia dedicación, Jenkins logró destacar en sus estudios y obtuvo becas para asistir a la University of South Carolina, donde obtuvo su licenciatura universitaria, y a la Illinois State University, donde obtuvo una maestría.
En su opinión, el impacto de ser la primera persona de su familia en alcanzar el éxito nunca puede resaltarse lo suficiente.
«La vida no te marca el sendero a seguir. Tú puedes abrir el tuyo», explica Jenkins, quien cuenta con una maestría y un doctorado en desarrollo profesional de personas pertenecientes a minorías. «Tuve que aprender a utilizar cada recurso y hube de aprender a romper barreras. Si no lo hubiera hecho, me hubiera convertido en una simple cáscara, alcanzando una simple fracción de mi potencial. Con mi esfuerzo, espero haber ofrecido a mis familiares un ejemplo de que es posible abrir las alas para ser aquello que uno desea».
ROTARY LE ABRE LAS PUERTAS AL MUNDO
En 2012, Jenkins se trasladó a Fayetteville para completar su doctorado y trabajar en la University of Arkansas. Pronto descubrió que la vida universitaria no lo satisfacía plenamente por lo que empezó a investigar distintas maneras de involucrarse en la comunidad. El canciller de la universidad respondió a esta inquietud invitándolo a una reunión del Club Rotario de Fayetteville, y desde ese momento, Jenkins quedó prendado.
«Entonces no sabía nada de Rotary, pero después de asistir a un par de reuniones, quedé impresionado con sus programas», comenta. «Además, los oradores de las reuniones eran las personas más influyentes de Fayetteville. Para mí, ir a las reuniones era como recibir una lección de historia».
Cuando se afilió, él solo contaba con 24 años de edad lo que le hacía el más joven de los más de 200 socios del club. Sin embargo, eso no lo amilanó y pronto expresó su interés por ocupar cargos de liderazgo.
Poco después de su afiliación, Rotary sufragó su primer viaje en avión para que participara en un Intercambio de Servicio para las Nuevas Generaciones en Brasil. Jenkins pasó tres meses en dicho país trabajando en su doctorado. Sin embargo, allí experimentó mucho más que la vida académica ya que aprendió a interesarse por los demás de un modo que nunca pudo imaginar antes.
«Siento por mi familia en Brasil lo mismo que por mi familia en Estados Unidos. Es verdad que pertenecemos a distintas culturas, pero también tenemos muchas cosas en común», afirma. «Esta exposición a distintas costumbres y formas de vida plantó una semilla que terminó por florecer y hoy se refleja en mi vida».
INVERSIÓN EN DIVERSIDAD E INCLUSIÓN
Galvanizado por sus experiencias durante el intercambio, Jenkins retornó a Fayetteville dispuesto a impulsar el cambio. Pronto accedió al cargo de presidente del Comité de Servicio a la Juventud y luego al de funcionario distrital de Intercambio de Jóvenes, convirtiéndose así en uno de los líderes distritales más jóvenes de toda la organización. Posteriormente ocupó otros cargos en el club relacionados con Interact y Rotaract.
Cuando se le pregunta a Harrison Pittman, presidente del Club Rotario de Fayetteville, qué es lo que Jenkins aporta al club, él responde: «La pregunta adecuada sería: ¿Qué es lo que Todd no aporta al club?».
«Desde el día en que se afilió ha sido un líder. Él demuestra cada día los principios rotarios y nos ayudó a ampliar nuestra membresía», explica Pittman. «Todd es uno de esos rotarios que encarna el presente y el futuro de Rotary».
La capacitación que recibió en el ámbito distrital hizo posible que Jenkins alcanzara resultados tangibles en las metas establecidas por el club.
Él advirtió que, por lo general, 40 o 50 de los 210 socios del club no asistían a las reuniones pero igualmente pagaban por el almuerzo.
Inmediatamente comprendió que esos asientos vacíos representaban una oportunidad y propuso a la directiva del club que la mitad de los asientos disponibles se utilizaran para invitar a las reuniones, sin costo alguno, a profesionales jóvenes. Asimismo, propuso que si alguno de esos invitados decidía afiliarse al club, éste abonara solo la mitad de las cuotas y cargos.
Desde su lanzamiento hace dos años, esta iniciativa ha servido para captar 12 nuevos socios.
«Si no mostramos Rotary a las personas de nuestra comunidad, ¿cómo sabrían todo lo que hacemos y los éxitos que hemos alcanzado? Atraer a jóvenes profesionales mediante un incentivo económico es un sistema excelente para atraer personas con perfiles de los que el club carece», explica.
Pittman se muestra igualmente entusiasmado. «Muchas veces, profesionales jóvenes que considerarían afiliarse a Rotary no lo hacen por carecer de tiempo o recursos económicos. Este sistema, aplicable a personas de menos de 35 años, demuestra que el club está interesado en atraer a estas personas para que juntos mejoremos la comunidad y el mundo».
DR. BOWTIE
Jenkins es el fundador y director ejecutivo de Bowtie Development, empresa internacional de gestión del liderazgo y desarrollo profesional que enfoca su actividad a unir a personas con distintos antecedentes con el fin de mejorar la productividad y el desempeño de las organizaciones.
Su afición por las corbatas de pajarita (bowtie en inglés) le valió el apodo «Dr. Bowtie.» «¡Me encanta! Ojalá me llamasen así todo el tiempo», explica con una carcajada.
Este mes, Jenkins dirigirá una Cumbre para Profesionales Jóvenes en el noroeste de Arkansas, evento copatrocinado por los clubes rotarios de la región. El objetivo de la cumbre es empoderar a los líderes emergentes para que lleven un cambio positivo a sus vidas, sus lugares de trabajo y sus comunidades. El deseo de Jenkins es informar sobre Rotary a los asistentes y animarlos a interesarse por lo que hacemos.
Para promover esta meta, Jenkins habla a clubes de todo el mundo sobre dos conceptos: diversidad e inclusión. «No siempre me gusta utilizar la palabra diversidad. Para mí, diversidad significa ‘plenitud’. Creo que Rotary puede alcanzar la plenitud invirtiendo en la juventud y en socios de diversas procedencias. Con frecuencia sugiero a los clubes que atraigan a personas que participaron en programas como el Intercambio de Jóvenes de Rotary ya que cuentan con experiencia internacional, aspecto que estimo fundamental para el futuro de Rotary.
«Diversidad consiste en invitar a todos a la fiesta e inclusión significa que todos los invitados a la fiesta pueden bailar como quieran», concluye. «Eso es lo que quiero para Rotary, que todo el mundo pueda seguir bailando».
Por Ryan Hyland
Noticias de Rotary
15-Aug-2016