El miércoles 1 de junio, K.R. Ravindran, presidente de Rotary Internacional, puso fin a la Convención de Corea con la conmovedora historia de la lucha de su madre contra la polio, enfermedad que contrajo a los 30 años de edad.
Cuando Ravindran tenía solo once años, su madre se despertó un día débil y con dificultades para respirar. Cuando quiso sentarse, descubrió que no podía moverse. El virus de la polio había invadido su sistema nervioso, causando parálisis.
Trasladada inmediatamente al hospital, requirió un pulmón de acero para respirar. Los médicos consideraban que sus posibilidades de caminar, o incluso de sobrevivir, sin un respirador mecánico, eran escasas. Sin embargo, en 1963, la mayoría de los hospitales de Sri Lanka no contaban con estos respiradores.
El abuelo de Ravindran era rotario y al día siguiente organizó en su casa una reunión del club. Los socios, en vez de limitarse a ofrecer consuelo, pusieron inmediatamente manos a la obra para conseguir un respirador, utilizando para ello tanto sus dotes empresariales como sus contactos profesionales.
Uno de los socios, director de banco, llamó a un ministro para que éste facilitara una rápida transferencia internacional de fondos, otro rotario, gerente de SwissAir, se encargó de agilizar los trámites para traer el respirador. Al día siguiente, éste ya se encontraba en el hospital.
«En esa época, la burocracia en Sri Lanka era extremadamente complicada, pero de alguna manera, los rotarios lograron que desapareciera», explicó Ravindran al público que abarrotaba el Centro de Convenciones KINTEX de Goyang.
Su madre pasó año y medio hospitalizada, pero su salud fue mejorando poco a poco. Cuando por fin pudo volver a su hogar, lo hizo por su propio pie, aunque ayudada por una andadera.
«Cincuenta y tres años atrás, la de mi madre fue quizá una de las primeras vidas que Rotary arrebató a la polio», declaró Ravindran. «Desde entonces, los rotarios hemos salvado millones más».
«Hoy me presento ante ustedes como su hijo y como presidente de Rotary para informarles que pronto, quizá no en años, sino en meses, Rotary hará a la humanidad un regalo que permanecerá para siempre: un mundo sin polio».
En la sesión general del martes, Rebecca Martin, directora del Centro para la Salud Mundial de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., informó al público sobre lo cerca que nos encontramos de la erradicación de la polio. Asimismo, Rotary anunció que dedicará US$ 35 millones adicionales a las labores de erradicación de esta enfermedad.
La convención de este año, uno de los eventos más concurridos de la historia de la organización, atrajo a más de 43.000 personas procedentes de más de 150 países. Ravindran, en su último discurso como presidente, hizo hincapié en el verdadero significado de ser rotario.
«Hay personas en el mundo cuyas vidas hoy son mejores gracias a que ustedes existen», afirmó. «No importa si ellos son conscientes de este hecho o no. No importa si ellos saben sus nombres o no. Lo único que importa es que, gracias a ustedes, hoy estas personas viven vidas más sanas y felices».
Fuente: www.rotary.org